Un padre podría ir a la cárcel por desafiar a una profesora

Cada día nos sorprende más de lo que es capaz el mundo y la sociedad, para bien o para mal. Desde Valencia llegan noticias acerca de un incidente producido en una escuela que, a todas luces, se puede ver desde varios puntos de vista. Implica a una alumna, un padre y una profesora. Dependiendo del punto de vista que adoptemos veremos al padre o a la profesora como villano, lo cual no deja de ser desconcertante.

La historia es la siguiente. El colegio de la hija del acusado planificó una charla relacionada con las mujeres y la violencia de género, al menos aparentemente, porque el temario original era tratar el tema de la «Federación Autonómica de Asociaciones Gitanas» (un tema que nos descoloca en general respecto a la noticia y a lo acontecido en realidad). El padre decidió escribir una autorización por la cual indicaba que su hija no tenía que asistir a la clase. Y lo que hizo la profesora fue ignorar la autorización e incluir a la alumna en la mencionada clase.

Al enterarse de lo que había pasado el padre fue a la salida del colegio a encontrarse con la profesora e increparle que había ignorado su petición. Le dijo que no permite que su hija a clases sobre mujeres porque ella no cree en la violencia de hombres hacia mujeres.

Sin duda, el padre está muy equivocado con sus palabras y acciones a la vista de la cruda realidad, pero en cierta manera no es un comportamiento que resulte tan extraño. ¿Cuántas veces han ocurrido cosas similares en colegios con padres que no querían que sus hijos se expusieran a una determinada información?

El encontronazo, tal y como lo ha relatado la profesora, acabó ahí. Pero se sintió tan afectada por lo ocurrido que ha denunciado al padre de la chica y ha pedido no solo una multa de 3300 euros, que seguro que a la profesora le vienen genial para sus vacaciones, sino también que metan en la cárcel al padre durante un año y tres meses. Al mismo tiempo, le pondrán una inhabilitación para que no pueda ser profesor durante un periodo de 4 años (aunque si es carpintero o tenga cualquier otro trabajo posiblemente le importe bien poco).