Quedamos para cenar y ponernos la vacuna: vacunaciones nocturnas

España es un país único. En el momento en el que se ha puesto a vacunar a destajo, ha pensado en todas las posibilidades a las que podría recurrir para ello. Y una de las ideas ha sido comenzar con las vacunaciones nocturnas. ¿Por qué no? No parece mala idea. Hay personas que trabajan por el día y que no pueden ir salvo en horario de noche. Y luego, puede ser una buena opción para citas de última generación.

Así, se puede poner de moda la frase de “¿Quedamos para cenar y para ponernos la vacuna?”. Vemos con claridad ese plan que podría consistir en una cena de Vips, unas croquetas para compartir, un Fundy o’clock o un sándwich Vips Club. Después de la cena, rumbo al hospital para recibir una buena dosis de vacuna para luchar contra la COVID. Ya vacunados, tenemos libertad para hacer otras cosas, “continuamos la fiesta en casa” o “vámonos juntos a pasar los efectos de la vacuna”. Ya sabéis, planes románticos y de lo más atractivos.

La cuestión es que las colas que hay en los hospitales de noche para ponerse la vacuna dejan muy claro que ha sido una maniobra recibida con entusiasmo. Y aunque se ha criticado por la decisión, en realidad cualquier forma de aumentar la cantidad de vacunados debería ser aplaudida.

Volviendo a lo que decíamos antes y dejando la broma de la cena, son muchos los que han agradecido que se establezcan estos turnos de vacuna nocturnos, ya que en otros momentos del día no resulta fácil ir si hay que trabajar.

Por supuesto, no se espera que por la noche los ancianos vayan a vacunarse, pero si es una forma de lograr que los jóvenes se pongan la vacuna, mejor que mejor. Todo sea para conseguir alcanzar la inmunidad generalizada.