El coronavirus reduce el apetito sexual y provoca mayor cantidad de divorcios

No se puede decir que lo que nos está dejando el coronavirus en la sociedad sea precisamente bonito. La COVID-19 está haciendo estragos a todos los niveles y también está pasando factura a las parejas, en cuanto a sus costumbres sexuales y también a la cordialidad de sus relaciones. Sobre todo, lo que más está impactando son los confinamientos. Ahí es donde se masca la tragedia.

Estadísticas publicadas en los últimos meses confirman que la pandemia va a ser demoledora. Un 20% de las parejas van a romper su relación en cuanto termine la pandemia, y el porcentaje podría ser superior si se llegan a producir uno o dos confinamientos más hasta ese momento.

Además, salvo entre los matrimonios y las parejas que conviven, se van a dañar las relaciones a un nivel más íntimo, puesto que la falta de un contacto tan abierto como antes va a ser algo que pase factura. Los expertos opinan que muchas personas van a tardar en recuperar la facilidad para volver a tener un contacto físico libre con otras personas, tanto en pareja como con desconocidos. Será como si la revolución de la libertad sexual se encontrara con una losa difícil de superar.

Los divorcios se van a producir entre los matrimonios porque el apetito sexual se reducirá a base de mantener un día a día constante con la misma persona, en especial, como indicamos, en los confinamientos. De forma paradójica, los confinamientos también van a ser el motor que impulse la natalidad. Esto permite ver que la situación en la que se encuentran parejas y matrimonios es radicalmente opuesta en cada uno de sus lados.

En uno de ellos están las parejas con pasión que aprovecharán cada confinamiento para no parar de tener relaciones y de disfrutar de la compañía. En el otro lado están los matrimonios que ya no se aportan mucho el uno al otro en términos de apetito sexual y que, al no tener relaciones, enfocarán sus frustraciones a las discusiones.