Bill Gates tuvo líos con empleadas antes del divorcio

A Melinda Gates se los ponían bien puestos. Bill Gates no es guapo. Es, más bien, un cayo malayo. Pero tiene mucho dinero y es, en cualquier caso, Bill Gates. Por eso a nadie le sorprende saber, ahora que su divorcio ya está en ciernes, que a lo largo de los años ha llegado a tener líos con muchas empleadas. Así que entre acción solidaria y colaboración con ONGs, lo que hacía Gates era darle al tema.

Por desgracia para los detractores de Gates, no hay nadie que se haya puesto en marcha para meterle dentro de la esfera del metoo. Y es posible que, si alguien lo pensara, ya hubiera contramedidas preparadas con la intención de frenar cualquier maniobra. Porque Bill Gates es uno de los hombres más ricos y poderosos del planeta.

Dicen algunas de las empleadas de Microsoft y de su organización benéfica que, si bien se sintieron un poco incómodas por los ofrecimientos de Gates para cenar, lo cierto es que a ninguna la presionó de una manera que se pudiera considerar inadecuada.

Bill Gates debía tener, según se dice, una plantilla en su correo electrónico con la que se exoneraba de cualquier posible polémica. En ella avisaba a las empleadas a las que les estaba intentando echar el lazo, que si no querían cenar con él no pasaba nada, que no se sintieran obligadas o que no tuvieran miedo por su trabajo. No se decía exactamente así, pero eso es lo que está claro que se podía leer entre líneas.

Lo que no queda claro es qué ocurría con esos ligues de Bill Gates. ¿Eran rollos de una noche? ¿Les tenía a sus empleadas preparado un paquete de acciones por la mañana junto a la mesa del desayuno? Incógnitas. Su esposa, al final, se ha hartado de ese señor con gafas y cara de años 90.