La venta de órganos y la tragedia que se vive en Afganistán

Leemos en noticias y vemos en televisión los testimonios que llegan desde Afganistán sobre lo complicada que está siendo la vida en el país desde que los talibanes entraron en el poder. La situación es trágica hasta límites insospechados.

La vida es tan difícil allí que la venta de órganos se está convirtiendo en una salida de lo más estandarizada para conseguir dinero. Hombres y mujeres, sobre todo mujeres, venden órganos, como un riñón, con la intención de poder ayudar a mantener a su familia. El problema es que la venta de órganos se ha establecido tanto que los precios de los mismos están cayendo.

El aumento de la competencia para vender órganos lo complica todo. El precio de un riñón podía alcanzar previamente un valor de unos 3000 euros, pero en la actualidad ha caído tanto que se suelen vender por alrededor de 1200 euros. Con una cifra como esta, una familia se dice que puede mantenerse alrededor de un año viviendo de la manera más limitada posible. Las ventas de órganos se hacen incluso en redes sociales, lo que demuestra que se han transformado en el pan de cada día en Afganistán.

A la venta de órganos se le suman otras opciones a las que las familias están recurriendo para poder sobrevivir. Es el caso de la venta de niños. Las familias recurren a la venta de sus hijos, en especial de las niñas, con la intención de ganar dinero. Las venden dentro de matrimonios concertados a hombres que pagan cantidades de unos 1500 euros. En otros casos, las niñas se convierten en la moneda de cambio de familias que tienen deudas y que no encuentran otra manera de poder saldarlas.

La situación es terrible y trágica, y no parece que se pongan soluciones sobre la mesa ni que haya nadie dispuesto a echar una mano en una de las zonas del planeta de mayor sufrimiento.