La escultura Ecce Homo de Palencia de la que todo el mundo habla

¿Por qué tienen que pasar estas cosas? ¿Qué hemos hecho para merecer este tipo de terrible visión? Los vecinos de Palencia, sin duda, son los que más están sufriendo. Sufren porque han visto en lo que se ha convertido una pastorcilla, una escultura que se encuentra en lo más alto de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. No se sabe quién ha sido el autor de la restauración, pero… ¡menudo adefesio!

Lo más probable es que quien haya hecho el encargo de restaurar la escultura, la cual se había deteriorado debido al efecto de las lluvias, no tuviera un presupuesto demasiado elevado para trabajar en la obra. No parece que se encuentre protegida por las habituales entidades que protegen esculturas y monumentos antiguos, de manera que el importe a invertir habrá salido de la propiedad del edificio.

Eso reduce mucho las posibilidades de que el trabajo salga bien. Lo que habría que plantearse es si ha merecido la pena invertir algo en lo que se ha hecho. Porque visto lo visto, lo más probable es que hubiera sido mejor dejar la escultura deteriorada sin sufrir ningún tipo de modificación.

A lo que nos ha recordado el arreglo, si es que se puede decir que sea un arreglo, es a la película de Mr. Bean, en la cual el personaje «restauraba» un cuadro pintando encima. Algo que, por otro lado, también recuerda a la pintura de Jesucristo que una señora de 80 años trató de restaurar a su modo (y que quedó como quedó). En este caso, por las características de la obra, dudamos que la escultura la haya restaurado una persona octogenaria, principalmente porque no nos la imaginamos subiendo a lo más alto del edificio.

Por ahora no ha salido a la luz el nombre del artista, pero no nos extrañaría que fuera algún descendiente de Manolo y Benito, de Manos a la obra.