La última moda en Madrid: piso okupa con prostitución

Lo que no pase en la capital, no pasa en ningún sitio. Llegan noticias desde la conocida zona de Legazpi sobre cómo existe un macroburdel en un piso que se encuentra okupado y donde el okupa cobra alquiler a las prostitutas. La historia es totalmente loca.

La situación es esta. Un hombre alquiló el edificio entero, un bloque que tiene siete viviendas. Luego este hombre realquiló las viviendas a las prostitutas, quienes viven allí y reciben a sus clientes día y noche a fin de obtener el máximo volumen de ingresos. Luego las prostitutas le pagan mensualmente al alquilado una cantidad de 2.000 euros por piso. Y, tras eso, el alquilado no paga nada al propietario original, absolutamente 0.

Han pasado muchos meses desde que el alquilado dejase de pagar al propietario original, lo que ha derivado que se ponga en marcha la maquinaria para conseguir recuperar el edificio. Así, la empresa Desokupa, que se ocupa de este tipo de situaciones, ha acudido al edificio con la intención de montar guardia y de evitar que más clientes puedan subir al edificio.

Por supuesto, las prostitutas, que en este caso están en una situación delicada, tienen total libertad para poder entrar y salir como quieran. Pero los clientes se encontrarán los telefonillos sin funcionar y, por lo tanto, tendrán dificultades para poder acceder. No obstante, se desconoce cuál va a ser el siguiente paso a seguir, puesto que es obvio que quien tiene que correr con la responsabilidad de lo que está ocurriendo es el okupa que está obteniendo doble beneficio: tanto por no pagar el alquiler como por recibir el dinero de las mujeres que residen en los pisos.

Los vecinos de la zona, además, se quejan de cómo el burdel no es precisamente cuidadoso en cuanto a mantener oculto lo que está ocurriendo, dado que emiten mucho ruido y afectan al día a día del barrio.